Riccardo, un joven de 17 años de Paderno Dugnano, quitó la vida a su familia golpeando a su hermano de 12 años, a su madre y a su padre con un cuchillo de cocina. Tras su detención, afirmó que su acción fue motivada por sentirse alienado y oprimido en su familia, y admitió que venía pensando en este acto desde hacía algún tiempo. Aunque sus vecinos lo veían como un niño sereno y tranquilo, surgen dudas de si no había dado señales de angustia anteriormente.
La doctora Roberta Bruzzone sostiene que es probable que Riccardo hubiera enviado señales de desequilibrio, especialmente dentro de la familia, pero que los padres no estaban preparados para interpretarlas. El médico explica que las personas con personalidades profundamente negativas suelen enmascarar sus verdaderos sentimientos fuera de casa, manteniendo una imagen tranquilizadora ante los extraños.
En cuanto a la posibilidad de prever un gesto tan extremo, el Dr. Bruzzone aclara que ningún padre puede imaginar tal resultado, pero hay señales de alerta, como la excesiva competitividad, la incapacidad de gestionar la frustración y los celos.
