Los celos hacia su hermano menor fueron identificados como un factor crítico en el caso de Riccardo, quien ha mostrado una rivalidad extrema hacia Lorenzo desde su nacimiento. Bruzzone subraya que una gestión correcta de los celos del primogénito es fundamental para evitar desarrollos problemáticos. Los padres deben tener cuidado de no hacer que el primogénito se sienta abandonado o privado de afecto, interviniendo con sensibilidad y amor para evitar que los sentimientos negativos escale hasta lo peor.
Finalmente, Bruzzone analiza el papel de la educación, afirmando que la sobreprotección y la falta de responsabilidad pueden contribuir al desarrollo de personalidades negativas y poco empáticas. Riccardo, influido por una educación que podría haberle dado todo sin imponer límites, supo llegar a pensar que la eliminación de los obstáculos era una solución aceptable. Bruzzone recomienda que los padres estén atentos a las señales de angustia y busquen ayuda profesional si es necesario.
