Harry corrió a encontrarse con el médico. “Doctor, ¿está bien mi esposa? ¿Puedo verla?”
“Fue un ataque leve. Ella está fuera de peligro. Pero necesita cuidar su salud ahora. Adelante, sólo diez minutos, porque necesita descansar”.
Harry entró a la sala temblando, tratando de forzar una sonrisa mientras se acercaba a Sara.
“Cariño, lo siento. Déjame explicarte. Yo-“
“No quiero escuchar nada. Ya terminé. El divorcio es lo único que quiero”.
“¿Qué? Por qué… Estás yendo demasiado lejos, ¿vale?”
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