3. Enjuágate los pies con agua limpia y luego aplica una pasta espesa hecha con bicarbonato de sodio y unas gotas de agua en las uñas de los pies. Déjala reposar durante 10 minutos.
4. Enjuague la pasta de bicarbonato de sodio y seque sus pies con palmaditas.
5. Utilice una piedra pómez o una lima de uñas para limar con cuidado las uñas gruesas de los pies, evitando limarlas demasiado.
6. Termine aplicando una loción o aceite humectante para mantener las uñas y la piel circundante hidratadas.
Cómo funciona este truco: la ciencia detrás de él
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