Para entender mejor este fenómeno, es útil profundizar en cómo funciona nuestro cerebro al interpretar imágenes. El cerebro recibe información visual a través de los ojos y la procesa utilizando pistas como la luz, la sombra y las formas. En este proceso, intenta constantemente construir una representación coherente del mundo que nos rodea. Sin embargo, a veces las pistas visuales pueden ser engañosas, como ocurre en este caso. Las sombras que proyectan los platos y las formas circulares de los mismos confunden al cerebro, que alterna entre ver los platos boca arriba o boca abajo, dependiendo del ángulo y la atención que se le preste a la imagen.
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