En 1914, tras un periplo por Nueva Orleans y lanzar ante las costas gallegas las cenizas de su padre, fallecido en el viaje en barco que les llevaba de regreso a Cataluña, María vivió en varias localidades catalanas antes de ingresar, hace más de 20 años, en la residencia, donde entonces residía una amiga y prima de su marido.
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